16 mar 2010

Atajo a la salvación

-¿Y si..?
-¿Y si, qué?
-No me has dejado terminar la frase.
-Tu lentitud me pone de los nervios.
-Cállate. ¿Y si cojo esto -dijo ella, agrrando por el asa un cubo de agua- y te lo tiro por encima?
-¿Para qué quieres hacer semejante chorrada?
-Para que vuelvas a sonreír y divertirte de verdad como antes.
-Estoy igual que siempre.
-Sí, claro, y yo soy top model. No eres el mismo desde... desde aquello.
-¿Desde qué?
-No es necesario que te lo recuerde.
-Déjame en paz.
-Vuelve a ser tú y te dejaré tranquilo.
-¿Por qué te empeñas tanto en cambiarme? Acepta que las cosas han cambiado.
-Porque me da pena ver en lo que te has convertido.
-En qué me he convertido es cosa mía, y tú no tienes nada que ver. Y tampoco tienes derecho a decirme qué debo hacer.
-Antes tenía más derecho que esa panda de camellos.
-Las cosas cambian.
-Pero pueden volver a cambiar. 
-Lo dudo.
-Con esa actitud, yo también. Además, creo que tú solo ya te has dado cuenta de que éste no es el camino correcto.
-A veces no puedes seguir el camino correcto, porque sólo dispones de una opción.
-Yo te estoy ofreciendo un atajo hacia tu salvación y no me haces caso.
-¿Por qué debería?
-Porque probablemente soy la única persona que realmente te quiere en este mundo.

6 mar 2010

Caminos de luz y oscuridad

Es sorprendente la capacidad humana para superar los baches. Al final, por muy duro que sea lo sucedido, siempre terminan recuperándose. Algunos antes que otros, pero siempre vuelven a levantar la cabeza para retomar sus pasos sobre la vida; o mueren en el intento. Lo que los diferencia unos de otros es el camino que escogen cuando algo les sale realmente mal.

El primer camino es recorrido por los valientes que toman esos baches de su sendero como una desagradable pausa en sus vidas. Son humanos que se hacen admirar y te sorprenden día a día con sus sonrisas, ánimos, ilusiones, risas, alegrías y ansias por seguir adelante sin preocuparse por el futuro y dejar atrás los malos recuerdos para quedarse únicamente con los buenos. Cuán perfecto sería que todos formaran parte de este grupo.

El segundo camino sólo es tomado por los cobardes que sólo piensan en si mismos y no afrontan la realidad. Son personas que se dejan llevar por los sentimientos negativos y ven irrevocablemente el final de su camino. Desgraciadamente, sienten demasiado miedo a perder más cosas, sin darse cuenta de lo que hacen abandonar a otros gracias a su accidental egocentrismo.

Lástima que exista el 10% de la humanidad que siga el oscuro trayecto. A pesar de ser un porcentaje muy pobre, engloba muchos individuos que, seguramente, no tienen a nadie ni nada que les ayude a continuar con lo que les queda. Por ello, el otro 90%, son muy afortunados por tener esa fuerza de voluntad, por depender de esas amistades y familiares que siempre van a estar ahí para ellos, por contar con la suerte que les ha tocado consumir y por ver la luz que les indica que su camino vital aún no termina.

4 mar 2010

Aquel baile

Una muchacha de unos diecisiete años se me acercó entre la muchedumbre. Llevaba un precioso vestido granate y una máscara del mismo color a juego con el vestido. Se paró delante mío y supe lo que debía hacer.

-¿Me concede este baile, señorita?

Sus labios dibujaron una sonrisa y tomó la mano que yo le ofrecía. Me condujo hacia el centro del salón y comenzamos a bailar. Lo cierto es que yo no era un gran bailarín, pero ella sí; me sentí acomplejado por ello.

-¿Con quién tengo el placer de bailar? -pregunté.

-No necesita saberlo -respondió con otra sonrisa-. ¿Y el suyo?

-Tampoco necesita saberlo.

Seguimos bailando durante el resto de la canción. Cuando los instrumentos cesaron, ella me tomó de la mano una vez más y me llevó al verde exterior. Bajamos las escaleras de la entrada y nos quedamos de pie en el cuidado césped de la casa.

-Ahora debo partir -dijo.

-¿Volveré a verla? -contesté con otra pregunta, perplejo.

-Puede.

-Siempre me encontrará aquí -dije sin pensar.

Su sonrisa volvió a iluminarme, y tras darme un beso en la mejilla, dio media vuelta y desapareció en la oscuridad del jardín. Había sido una noche muy extraña compuesta por un baile que jamás olvidaría.

3 mar 2010

Ruidoso silencio

Escucho la lluvia, los pasos, las notas, los coches, las conversaciones ajenas, los silbidos, las puertas que se abren, las que se cierran, los autobuses, los bostezos, las canciones, los tecleos, los suspiros, los flashes de las cámaras, los llantos, las risas, las carcajadas, los pisotones...
Pero no oigo tu voz. ¿Dónde estás? Tan sólo escucho ruido y no hay ni rastro de ti. ¿Por qué desapareciste? ven y sálvame de este sonoro infierno en el que reina tu silencio. Dime algo, llámame. No me dejes aquí, despréndete del silencio que me dejaste. Reaparece ante mí para recuperar lo que nunca tuve.